Psalm 119:49-72 • 49, [53]
Zech. 3:1-10 ❖ Rev. 4:1-8 ❖ Matt. 24:45-51
Advent invites us to pay attention to what we usually ignore. What we ignore, usually, is other people.
Other people have troubling needs that inflame our empathy and make claims on us. Compassion twists our guts and calls on us to share — and, with all our responsibilities and anxieties in this uncertain world, that’s the last thing we can afford to do.
We look away so we don’t act rashly. We tell ourselves that need is overwhelming, our resources so constrained. We can’t fix it, so why feel the pain.
But Jesus reshuffles this puzzle.
What if the people we’re ignoring are offering us what we really need? What if God is trying to love us through those we’re not ready to see? What if we risked giving our full attention – noticing, seeing, being with – just for a minute? We might find bread we didn’t know we had. We might receive what we didn’t know to ask for. The Master might return, find us caring, and trust us with more of the true wealth. We might discover that Christ in the people we’ve hidden from is the true wealth.
Who can believe this – until we test it. Just for a minute.
Advent is the time for spiritual experiments, to risk a bit of what we’re clutching, take just a step into the alternative reality of God’s unlikely promises, and prove them true.
Holy One, tempt and trouble us to see those we’re inclined to ignore and be with us and provide for us as our hearts open. Amen.
El Adviento nos invita a prestar atención a lo que habitualmente ignoramos.
Lo que ignoramos, normalmente, es a otras personas.
Otras personas tienen necesidades preocupantes que inflaman nuestra empatía y nos reclaman. La compasión nos retuerza las entrañas y nos llama a compartir y, con todas nuestras responsabilidades y ansiedades en este mundo incierto, eso es lo último que podemos permitirnos hacer.
Miramos hacia otro lado para no actuar precipitadamente.
Nos decimos a nosotros mismos que la necesidad es abrumadora y que nuestros recursos son muy limitados.
No podemos solucionarlo, entonces, ¿por qué sentir el dolor?
Pero Jesús reorganiza este rompecabezas.
¿Qué pasa si las personas que ignoramos nos ofrecen lo que realmente necesitamos?
¿Qué pasa si Dios está tratando de amarnos a través de aquellos que no estamos preparados para ver?
¿Qué pasaría si nos arriesgáramos a prestar toda nuestra atención – notar, ver, estar con – sólo por un minuto?
Podríamos encontrar pan que no sabíamos que teníamos.
Podríamos recibir lo que no sabíamos pedir.
El Maestro podría regresar, encontrarnos afectuosos y confiarnos más riqueza verdadera.
Podríamos descubrir que Cristo, en las personas de las que nos hemos escondido, es la verdadera riqueza.
¿Quién puede creer esto? Hasta que lo probemos. Solo por un minuto.
El Adviento es la época para experimentos espirituales, para arriesgar un poco a lo que nos estamos aferrando, dar solo un paso hacia la realidad alternativa de las improbables promesas de Dios y demostrar que son ciertas.
Santo Señor, tiéntanos y pertúrbanos para que veamos a aquellos que estamos inclinados a ignorar y que estén con nosotros y nos provean a medida que nuestros corazones se abran.
Listen to Steven read their Advent meditation and prayer in English:
Escuche a Steven leer su meditación y oración de Adviento en inglés: