Psalm 16, 17 • 22
Isa. 3:8-15 ❖ 1 Thess. 4:1-12 ❖ Luke 20:41–21:4
The Psalmist writes, “You are my Lord; apart from you I have no good thing.” As a member in the community of creation, it’s unlikely that the Psalmist’s life did not include a number of good things. Should we then take this as hyperbole, or is it possible something else is being expressed? Perhaps the Psalmist understands something important about possession, what we’re tempted to see as goodness, and the fleeting nature of our material lives.
This is mirrored in the widow of today’s Gospel reading. She puts in her copper coins, “all she had to live on,” and thus becomes an example of faith. Her example is set in contrast to those of the teachers of the law who seem to have become rather fond of the “good” things in life – flowing robes, important seats, and places of honor. Jesus warns against this, noting that these men “devour widows’ houses” despite their show of religion. They may have what seems like goodness, but it is apparently “apart” from God.
Advent is a season of unveiling when we can be invited to consider the attachments in our lives: where are we fond of things that actually do violence to our own souls or the souls of others? How can we cultivate the posture of the Psalmist and the widow, grasping the spiritual truth that God alone is our portion and our cup?
God of truth and justice, awaken us to places where we seek goodness apart from you. May we seek you as our portion. Amen.
El salmista escribe: «Tú eres mi Señor; sin ti no tengo nada bueno». Como miembro de la comunidad de la creación, es poco probable que la vida del salmista no incluyera una serie de cosas buenas. ¿Debemos entonces tomar esto como una hipérbole, o es posible que se esté expresando algo más? Quizás el salmista entiende algo importante sobre la posesión, lo que estamos tentados de ver como bondad y la naturaleza fugaz de nuestras vidas materiales.
Esto se refleja en la viuda del Evangelio de hoy. Pone sus monedas de cobre, «todo lo que tenía para vivir», y se convierte así en un ejemplo de fe. Su ejemplo contrasta con el de los maestros de la ley, que parecen haberse aficionado a las cosas «buenas» de la vida: vestidos ostentosos, puestos importantes y lugares de honor. Jesús nos advierte contra esto, señalando que estos hombres «devoran las casas de las viudas» a pesar de sus muestras de religión. Pueden tener lo que parece bondad, pero aparentemente es «aparte» de Dios.
El Adviento es un tiempo de revelación en el que se nos puede invitar a considerar los apegos de nuestra vida: ¿dónde estamos encariñados con cosas que en realidad traen violencia a nuestras propias almas o a las almas de los demás? ¿Cómo podemos cultivar la postura del salmista y de la viuda, captando la verdad espiritual de que sólo Dios es nuestra porción y nuestra copa?
Dios de verdad y justicia, despiértanos en lugares donde buscamos el bien aparte de ti. Que te busquemos como nuestra porción. Amén.
Listen to TJ read her Advent meditation and prayer in English:
Escuche a TJ leer su meditación y oración de Adviento en inglés: